Matías y Carlos caminaban tranquilos por
-Cacha lo que me dio el Avello –mientras saca una bolsa que dice "Marihuana"- Son diez kilos de marihuana.
Carlos sorprendido e ilusionado le dijo que puta que era maricón el amigo regalador de bolsas de marihuana, a él ni siquiera le había dado un pito. Carlos aceleró el paso hasta alcanzar a Avello, que iba unos cuantos metros más adelante. Lo cogió del hombro, lo miro, le dijo: “¿Te queda?” Avello respondió:”Si, ¿Querí uno?” y Carlos dijo que bueno.
Después, Carlos acompañó a Matías hasta su casa, para descansar ahí. Justo cuando se iban a acostar a dormir, entra el hermano mayor de Matías a la habitación donde se reposarían y se produce el siguiente dialogo:
-Mira lo que tengo- Dijo Matías sacando la bolsa de diez kilos de marihuana, que tenía inscrito en el la palabra “Marihuana” por eso no fue necesario que Matías le mostrace a su hermano el contenido de la bolsa para que este le respondiera:
-Que bacán ¿Son unos diez kilos más o menos?- Matías respondió positivamente asintiendo con su cráneo de arriba hacia abajo, arriba hacia abajo.
De pronto entra a la pieza un amigo de el hermano de Matías, la hermana de Matías y una amiga de esta última. Eran seis personas dentro de la habitación de Matías; Ansiosos, felices y preocupados por la bolsa de diez kilos de marihuana. La primera conclusión a la que llegaron fue la más lógica, había que fumarla, peor antes había que esconderla para que los padres de Matías no la encontraran y pusieran el grito en el cielo y castigaran a sus hijos.
El debate era arduo e intenso. El dónde guardar la marihuana era un tema delicado, pues la madre de Matías conocía a fondo cada esquina y cada rincón de la casa, por lo tanto era muy probable que la encontrara en un santiamén.
Cuando el debate aun no tenía una respuesta clara, Carlos pide la palabra para dar su opinión. Al conseguir su derecho a hablar, mira a Matías y le dice: ¿Y si la guardamos en tu correo electrónico? Obviamente la propuesta fue desechada por ser muy poco probable de acuerdo a la lógica elemental de nuestra dimensión. Pero justo después de la intervención de Carlos el hermano mayor de Matías tubo un flashaso en su cerebro y dijo que ya sabía donde podían guardar la bolsa de marihuana de diez kilos. Pidió por favor que lo siguieran. Salieron todos de la pieza de Matías en dirección al escondite que el hermano mayor de Matías propondría para la bolsa con diez kilos de marihuana. Carlos quedó al final de la fila que se formó, y cuando salió de la habitación de Matías decidió que no quería ir a ver donde estaba el escondite para ls bolsa con diez kilos de marihuana. Así que sacó un cigarro y se lo empezó a fumar.
Cuando el cigarro estaba consumido en su totalidad lo tiró por la ventana y se quedó sentado en una silla hasta que de un momento a otro aparece Lauden, el ex inspector del ex colegio donde Matías y Carlos habían sido compañeros y el wilo. Lauden mira a Carlos y le pregunta: ¿Cómo va el verano, Chiquillos?
Ahí desperté
Nota: Si bien en la realidad todas estas personas existen, las acciones que cometen en esta historia son pura ficción, ya que sucedieron en un sueño generado por el cerebro del autor de este cuento. Sin embargo, después de no mucha meditación, creo que esta historia es bastante factible en la realidad