lección

Tengo un cuaderno en cual llevo escribiendo mas de un año.

Lo que dice en la primera página lo sé de memoria pues recuerdo lo que quería escribir esa vez

Ahora no lo puedo leer

Ahí dice que empezaré a ser mas ordenado con mis escrituras para ver si de ese modo puedo aprender algo mas sobre mi mismo cuando las lea en el futuro (Había escrito pasado)

Ahora me acabo de dar cuenta que si no fuera por mi memoria no lo podría leer, pues la letra es incomprensible

Las últimas hojas, de los últimos dias las entiendo muy bien.

He mejorado bastante mi caligrafía aunque aun me cuesta respetar a cabalidad las lineas horizontales

Una vuelta por las imágenes

Este texto lo escribí basándome (copiando prácticamente) un cuento de Julio Cortázar que se llama las babas del diablo

Sin presentar gran afinidad por el mundo de la fotografía hay veces en las que me levanto con unas ganas enfermas de salir y tomar fotos mientras camino. Tengo la esperanza de captar el momento justo en el que un gato ataja en pleno vuelo a un pájaro o tal vez un rayo de luz que se refleja de manera hermosa en algún cristal de la ciudad.

Esta afinidad se volvió a presentar en el pasado Junio. Me acuerdo que tenía libre ese día, pues las movilizaciones estudiantiles estaban en su momento mas álgido y yo me sentía un tanto cansado de la situación revolucionaria. Por eso es que salí a buscar los acontecimientos que en el primer párrafo soñaba con encontrar, tenía la necesidad de relajarme. En esa semana ya había provado con varias formas buscarme una suerte de paz. Las drogas fueron el primer intento, después pasé por el escuchar música de manera introspectiva, luego traté de hacerla (pero es mucho más difícil y estresante, lo que la hace genial). También intenté leer, pero ni una resultó y descubrí que era tiempo de intentar con los que para mi son los métodos no convencionales de buscar un poco de paz. Tomé el bolso con la cámara adentro, busqué mis llaves, algo de dinero y salí. Lo primero que hice fue comprar algunos cigarros, para antes de sacar alguna foto sentarme en una banca y no sentirme un completo inútil en este universo porque me estoy fumando un cigarro. No fue uno, sino que dos.

Cuando había olvidado casi que salí a la calle para tomar una foto lo recordé, entonces empezé a caminar por un parque que está cerca de mi casa mientras tomaba fotos de mentira (porque son digitales). Ya cuando llevaba unas cuantas fotos completamente inútiles tomé la mejor foto que he tomado, en ella había un escolar menor que yo por esos tiempos sentado junto a la vergüenza y la inseguridad de ser deseado por una mujer mayor. Esa mujer mayor estaba sentado junto al puberto inseguro y avergonzado con cara de sabe que lo que hacía era incorrecto, pero era lo que sentía.

Lo que Tu Madre Sabe

Tu madre debría saber cuantas veces en la semana eres víctima de esas drogas que algunos desconocidos te ofrecen. Bien, no las consumes, pero te envuelves de ellas junto a tus pares. No tienes nada mejor que hacer en tus tardes que salir a mirar a la calle y ver como la gente llora por aquello que tu madre debería saber. Estás expuesta, demasiado expuesta a la vida que ni siquiera te ha tocado vivir, porque en esa vida que te dieron no tienes mas que caminar para chocar contra una pared que lo único que hace es decirte que no, que no y que no.

Algún día tratarás de volar con ellas pero no puedes, te hundirás y dirás que no es culpa tuya, que Dios puso esas paredes que hablan para hacerte daño y que lo que dejas en este mundo es para que tus predecesores aprendan a decirle que si a las paredes que dicen que no. Volarás hacia abajo hasta chocar con el mismísimo infierno, verás las cosas de otros colores, sabrás cosas que nadie sabe pero todo se acabará cuando escriban sobre tí. Pero no desesperes, has tratado, y para el mundo eso es un consuelo, de no ser tú. Llegas y te vas como un pensamiento sin importancia.

Al final nunca fuiste lo que pensaban que eras. Nunca volaste alto ni tampoco te arrastraste, peor no fue por falta de voluntad, fue por demasiada voluntad de esas paredes que pueden decir que no. En fin, jamás serás tú porque las paredes no te dejan serlo ya que están hechas para proteger lo que no se debe destruir y para eso no tienes que vivir tú.