jueves, 15 de octubre de 2009
lección
viernes, 9 de octubre de 2009
Una vuelta por las imágenes
Este texto lo escribí basándome (copiando prácticamente) un cuento de Julio Cortázar que se llama las babas del diablo
Sin presentar gran afinidad por el mundo de la fotografía hay veces en las que me levanto con unas ganas enfermas de salir y tomar fotos mientras camino. Tengo la esperanza de captar el momento justo en el que un gato ataja en pleno vuelo a un pájaro o tal vez un rayo de luz que se refleja de manera hermosa en algún cristal de la ciudad.
Esta afinidad se volvió a presentar en el pasado Junio. Me acuerdo que tenía libre ese día, pues las movilizaciones estudiantiles estaban en su momento mas álgido y yo me sentía un tanto cansado de la situación revolucionaria. Por eso es que salí a buscar los acontecimientos que en el primer párrafo soñaba con encontrar, tenía la necesidad de relajarme. En esa semana ya había provado con varias formas buscarme una suerte de paz. Las drogas fueron el primer intento, después pasé por el escuchar música de manera introspectiva, luego traté de hacerla (pero es mucho más difícil y estresante, lo que la hace genial). También intenté leer, pero ni una resultó y descubrí que era tiempo de intentar con los que para mi son los métodos no convencionales de buscar un poco de paz. Tomé el bolso con la cámara adentro, busqué mis llaves, algo de dinero y salí. Lo primero que hice fue comprar algunos cigarros, para antes de sacar alguna foto sentarme en una banca y no sentirme un completo inútil en este universo porque me estoy fumando un cigarro. No fue uno, sino que dos.
martes, 6 de octubre de 2009
Lo que Tu Madre Sabe
martes, 5 de mayo de 2009
El Inicio De Nada
Es temprano como todos los días en los que me levanto para ir al trabajo. Preparo mi desayuno, mi ropa de trabajo, mis utensilios para el trabajo, me despido de mis hijos y salgo junto al sol a la calle. Lo primero que veo este día es a un perro que se me acerca, no muy amenazador, pero, sin saberlo yo, con mala intenciones. Al acercarse a mi salta con su hocico abierto en dirección a mi rostro, pero logro desviar su cabeza con el golpe que le di con mi bolso. Lamentablemente el golpe no fue muy efectivo ya que el perro alcanzó a coger mi brazo con la fuerza de su mandíbula. Fue tal la fuerza del perro que después de no mucho tiempo de forcejeo y gritos de mi parte terminó por sacarme de raíz el brazo izquierdo. La sangre corría desesperada por la vereda, la gente se alborotaba en el interior de sus casas por lo poco usual que es escuchar a un tipo gritando a las seis de la mañana un día jueves y mi familia se asomaba por la puerta para saber porque estaba gritando con tanto desazón.
Nadie se explicaba lo que había pasado. El caballero que vive al frente vio todo lo que sucedió y le decía al resto de los vecinos, que de a poco se agolpaban para ver como me podían ayudar, que nunca había visto por estos lados al perro que me quitó el brazo.
No sé quién fue el que llamó a la ambulancia, pero llegó al poco rato de que yo perdí mi brazo. Del vehículo se bajo un paramédico, nada muy especial, un hombre vestido de blanco y esas cosas. Con la ayuda de su acompañante sacaron una camilla de la parte de atrás de la ambulancia, pero en ese momento me di cuenta de algo. A pesar de la traumática situación que estaba viviendo no sentía dolor y le dije a los paramédicos que no se preocuparan, que podía caminar bien, que por favor se preocuparan de detener el sangrado que era bastante. Al principio, obviamente, se vieron anonadados ante lo que les decía yo con respecto a mi no dolor, pero probaron metiéndome un palo por la herida que tenia a la altura de mi hombro. Al ver que mi cara no se deformaba en señal de dolor se dieron cuenta de que lo que les decía era verdad, no había nada de dolor, solo sangre. Al darse cuenta de esto el paramédico, que parece que era el jefe, hizo un llamado y dijo: “¿aló? Mijo, acá tenemos un R-45 ¿Qué le damos?” La multitud estaba expectante y conmocionada por lo extraño de la situación, pues todos sabían que cuando un pierde una parte del cuerpo sin sentir dolor se está frente a un código F-08, no un R-45. Le hicieron saber esto al paramédico, pero este dijo que acá el era el profesional, no los señores de la familia Miranda que se les había reunido en el momento menos preciso. Mientras tanto el otro paramédico entró a buscar una pastilla a la ambulancia que hicieron que me tomara y aguantara la respiración durante veinte segundos, después de eso debía gritar lo mas fuerte que pudiera. Seguí las instrucciones y pasó lo mas impactante que he visto en mi vida. Empecé a sentir que algo dentro de mi se movía con mucha excitación y fuerza. Un frío recorrió mi cuerpo y un brazo creció en el lugar que alguna vez hubo un brazo. El paramédico dijo que esa era una nueva tecnología que se estaba usando a causa de unos perros quita brazos que andaban dando vuelta por el mundo. Sin embargo, me hizo saber que debía ir con ellos, pues me harían estudios para saber la procedencia de estos perros.
viernes, 17 de abril de 2009
miércoles, 15 de abril de 2009
Qué Hacer Cuando Quieres Escribir En un Blog Pero No Tienes Blog
lunes, 30 de marzo de 2009
La Bolsa con Diez Kilos de Marihuana
Matías y Carlos caminaban tranquilos por
-Cacha lo que me dio el Avello –mientras saca una bolsa que dice "Marihuana"- Son diez kilos de marihuana.
Carlos sorprendido e ilusionado le dijo que puta que era maricón el amigo regalador de bolsas de marihuana, a él ni siquiera le había dado un pito. Carlos aceleró el paso hasta alcanzar a Avello, que iba unos cuantos metros más adelante. Lo cogió del hombro, lo miro, le dijo: “¿Te queda?” Avello respondió:”Si, ¿Querí uno?” y Carlos dijo que bueno.
Después, Carlos acompañó a Matías hasta su casa, para descansar ahí. Justo cuando se iban a acostar a dormir, entra el hermano mayor de Matías a la habitación donde se reposarían y se produce el siguiente dialogo:
-Mira lo que tengo- Dijo Matías sacando la bolsa de diez kilos de marihuana, que tenía inscrito en el la palabra “Marihuana” por eso no fue necesario que Matías le mostrace a su hermano el contenido de la bolsa para que este le respondiera:
-Que bacán ¿Son unos diez kilos más o menos?- Matías respondió positivamente asintiendo con su cráneo de arriba hacia abajo, arriba hacia abajo.
De pronto entra a la pieza un amigo de el hermano de Matías, la hermana de Matías y una amiga de esta última. Eran seis personas dentro de la habitación de Matías; Ansiosos, felices y preocupados por la bolsa de diez kilos de marihuana. La primera conclusión a la que llegaron fue la más lógica, había que fumarla, peor antes había que esconderla para que los padres de Matías no la encontraran y pusieran el grito en el cielo y castigaran a sus hijos.
El debate era arduo e intenso. El dónde guardar la marihuana era un tema delicado, pues la madre de Matías conocía a fondo cada esquina y cada rincón de la casa, por lo tanto era muy probable que la encontrara en un santiamén.
Cuando el debate aun no tenía una respuesta clara, Carlos pide la palabra para dar su opinión. Al conseguir su derecho a hablar, mira a Matías y le dice: ¿Y si la guardamos en tu correo electrónico? Obviamente la propuesta fue desechada por ser muy poco probable de acuerdo a la lógica elemental de nuestra dimensión. Pero justo después de la intervención de Carlos el hermano mayor de Matías tubo un flashaso en su cerebro y dijo que ya sabía donde podían guardar la bolsa de marihuana de diez kilos. Pidió por favor que lo siguieran. Salieron todos de la pieza de Matías en dirección al escondite que el hermano mayor de Matías propondría para la bolsa con diez kilos de marihuana. Carlos quedó al final de la fila que se formó, y cuando salió de la habitación de Matías decidió que no quería ir a ver donde estaba el escondite para ls bolsa con diez kilos de marihuana. Así que sacó un cigarro y se lo empezó a fumar.
Cuando el cigarro estaba consumido en su totalidad lo tiró por la ventana y se quedó sentado en una silla hasta que de un momento a otro aparece Lauden, el ex inspector del ex colegio donde Matías y Carlos habían sido compañeros y el wilo. Lauden mira a Carlos y le pregunta: ¿Cómo va el verano, Chiquillos?
Ahí desperté
Nota: Si bien en la realidad todas estas personas existen, las acciones que cometen en esta historia son pura ficción, ya que sucedieron en un sueño generado por el cerebro del autor de este cuento. Sin embargo, después de no mucha meditación, creo que esta historia es bastante factible en la realidad
viernes, 27 de marzo de 2009
Era un viaje normal, Demasiado pensaba Cristina. Según ella a su vida le faltaba más aación. Tenía sed de que cosas increibles sucedieran en su vida, por ejemplo, ser parte de una operación para salvar al mundo, de esas en las que una persona que trabaja en un trabajo que tiene por misión salvar a la Tierra. Asi como en le cuento de Cortazar en el que un hombre se hace parte de una pbra de teatro sin proponerselo y sin darse cuenta tampoco.
viernes, 20 de marzo de 2009
Raimundo y Critsóbal
Raimundo y Cristóbal siempre, pero siempre iban al mismo bar. Al bar “Rioseco”. Según ellos, en ese lugar podían encontrarse con sus verdaderos yo, tanto ellos mismos como el otro. En ese lugar podían vivir sin mentirse, en primera instancia, a ellos mismo para después NO seguir con el resto del mundo. Había algunas noches en las que prácticamente no cruzaban mas que un “hola” al momento de verse por primera vez en el día, pues estaban muy ocupados cortejando a alguna mujer. Había otras ocasiones en las que estaban conversando durante horas y horas, y, muy contrario a lo que se puede pensar, esas conversaciones nunca decaían. Siempre estaban en el punto máximo de una conversación, ese punto en el que se cree que se está llegando a algo concreto para el resto de la vida y que la visión que se tiene del mundo ha cambiado, no radicalmente, pero ha cambiado a fin de cuentas. Fue una noche de esas en las que solo se decían “hola” donde la historia termina. Cristóbal se metió con la mujer de Raimundo y este último hizo que el bar “Rioseco” se llenara de sangre humana. Sacó su revolver y mató a su mujer, su amigo y a su enemigo (él mismo)
miércoles, 11 de marzo de 2009
Martín
martes, 10 de marzo de 2009
5636
martes, 3 de marzo de 2009
Esteban
jueves, 19 de febrero de 2009
Antitodo - eskorbuto
crecemos y envejecemos, en absoluta sumisión
No hay amigos, ni enemigos
lucha necia, todos contra todos
Los que trabajan, se olvidan de los parados
y los que están libres, de los encarcelados
No hay amigos, ni enemigos
lucha necia, todos contra todos
¿De qué nos sirven manifestaciones?
¿De qué nos sirven huelgas generales?
¿De qué nos sirven? ¡No sirven!
¿De qué nos sirven? ¡No sirven!
No hay amigos, ni enemigos
lucha necia, todos contra todos
Nada más nacer, empiezan a corrompernos
eso nos demuestra, que somos anti todo
No hay amigos, ni enemigos
lucha necia, todos contra todos.